Trujillo, la ciudad de la eterna primavera. Hace unas semanas mi partner de viajes y yo, nos escapamos hacia la ciudad de Trujillo. Éste solo fue un viaje pequeño para un fin de semana. Llegamos por la tarde y nos enrumbamos al hotel Casa Andina Private Collection de Trujillo, donde nos recibieron con los brazos abiertos, hospitalidad y un excelente servicio.
Ésta fue nuestra habitación que nos esperaba con un ambiente acogedor. El hotel queda a la entrada del distrito de El Golf y tiene una vista linda de la ciudad. Tuve la suerte de quedarme en el piso 12, así que disfrute buenísimo del paisaje.
Como llegamos un poco cansados, decidimos quedarnos en el hotel a descansar, tomar un poco de sol y disfrutar de la piscina, y de la semana del pisco sour. Una buena ocasión para celebrar con unos traguitos.
Un par de amigos me recomendaron no solo el hotel, sino el restaurante. Me comentaron que la gente que vive ahí va exclusivamente al restaurante por la carta variada y rica que tienen. No podía quedarme con las ganas de probar los platos que ofrecen, entonces bajamos al restaurante que nos ofrecía una linda terraza con atmósfera muy agradable. Para calmar el calor de Trujillo me pedí un par de limonadas frozen. Estábamos en duda que ordenar, por lo cual pedimos al mozo que nos diera algunas recomendaciones. Yo pedí un medallón de lomo con pastel de papa y mi compañero un pescado con ajonjolí y verduras. Mis amigos tenían razón! Demasiado recomendado el sabor de los platos. La comida exquisita y un buen point para un almuerzo rico y tranquilo.
Al día siguiente, fuimos al centro a visitar algunos museos y pasear por la plaza. No podía dejar de tomar -como se debe- una cerveza Pilsen Trujillo, su sabor es diferente a la de Lima y creo que hasta más rica. Aproveché en tomar un par de fotos de la plaza y sus alrededores. El estilo de las casas me hacía recordar y transportarme al centro de Lima.
Por la noche tuve un matrimonio de un familiar en el hotel El Libertador que queda en la esquina principal de la plaza de armas. Éste tiene un estilo muy colonial parecido a las casas de alrededor de la plaza y se presta muy bien para celebraciones. Como tenía que ir en traje, fui donde el diseñador YORGO STRATOURIS para que me haga un traje delgado a medida especial para la ocasión y para no morir con el clima.
No saben lo rico que la pasé en el hotel. Hubo un momento que ya ni ganas me daba de salir a pasear. Relax total! Mi desayuno del día después de la boda fue contundente, ya que había gastado energías la noche anterior ;). Luego fui un par de minutos al gym para hacer cardio y una horita en la piscina para obtener el bronceado perfecto, y para terminar un cevichito y jalea reponedores. Delicioso!!
Literal, ese día no salí para nada. Y, en verdad, que ganas de salir si tenía todo en un solo lugar. El sauna y los masajes para despedirnos de un tarde completamente relajante.
Para el último día no quería salir de mi cama. El aire acondicionado era el mejor aliado para un buen descanso y sueño profundo. Era un domingo por la mañana y mi vuelo salía a las 12:00 pm. No dejé pasar el desayuno y si que fue una buena idea, porque fue el mejor de todos y bien peruano. Definitivamente los desayunos de los domingos son the best ever! Tienen que ir a probar el chicharrón y los tamalitos. Son de otro mundo y no te cansas de saborearlos.
Este ha sido un viaje diferente, rápido y muy agradable. La cadena Casa Andina Hotels nunca de defraudará. Pueden encontrarlos en Facebook AQUÍ. Espero les haya gustado el post. Nos vemos en un próximo post.
PH: MIRKO PADILLA
ABDUL.
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